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Emerson está ayudando a nuestros clientes a cumplir con sus objetivos operativos, de sostenibilidad y de rendimiento comercial. Descubra cómo.
Para satisfacer la creciente demanda de reducción de gas de efecto invernadero y los objetivos vitales de sostenibilidad, las empresas buscan adoptar el hidrógeno como fuente de energía flexible y renovable. Emerson ofrece soluciones ambientalmente sostenibles para los clientes en toda la cadena de valor del hidrógeno, desde la producción hasta la transmisión y el almacenamiento, pasando por la distribución y el consumo. Las tecnologías adecuadas pueden ayudar a mejorar la productividad, reducir la variabilidad, disminuir el consumo energético, reducir las emisiones y validar la sostenibilidad de las operaciones en toda la cadena de valor.
Emerson está trabajando con BayoTech, un innovador en soluciones de hidrógeno que está produciendo hidrógeno más limpio y de menor costo mediante la construcción de cientos de unidades de hidrógeno modulares y eficientes. Estas unidades pueden producir hasta 1000 kilogramos de hidrógeno al día, suficiente para llenar hasta 200 vehículos de celdas de combustible de hidrógeno. Para impulsar la escala a nivel global, los centros de producción locales de BayoTech se apoyarán en el controlador lógico programable y las tecnologías de control Edge de Emerson, la monitorización remota y Microsoft® Azure IoT Suite para operar de forma segura y autónoma.
“El hidrógeno se considera el ‘combustible del futuro’, pero con los ambiciosos objetivos de descarbonización es esencial ampliar la capacidad de producción y acelerar la transición al hidrógeno producido con energía sostenible”.
Mark Bulanda,
presidente ejecutivo de la unidad comercial Emerson Automation Solutions
Preguntas frecuentes sobre el hidrógeno
El hidrógeno, o H2, es un elemento que constituye aproximadamente tres cuartas partes de toda la materia del universo. Aunque es la sustancia más abundante que existe, el hidrógeno rara vez se encuentra en la Tierra en su forma pura, por lo que debe extraerse utilizando otras fuentes de energía. Dado que el hidrógeno tiene un contenido de energía tres veces mayor en peso que la gasolina, puede permitir emisiones netas cero o casi cero netas cuando se produce a partir de fuentes renovables o se combina con tecnologías de captura de carbono.
Como combustible, el hidrógeno se convierte en energía mediante la combustión tradicional o las celdas de combustible electroquímicas, o se mezcla con gas natural para su uso en aplicaciones de generación de energía, calefacción residencial o transporte masivo en camiones, trenes, barcos y aviones. El hidrógeno también se utiliza como materia prima en una amplia gama de industrias, como la refinación de petróleo, los productos farmacéuticos, la fabricación de metales y la producción de metanol y amoníaco.
En la actualidad, el 99 % del hidrógeno se produce a partir de combustibles fósiles, como el gas natural o el carbón, mediante la gasificación o el reformado de metano con vapor, con el CO2 como subproducto. La tecnología de captura, utilización y almacenamiento de carbono (CCUS) puede entonces aplicarse para eliminar los gases de efecto invernadero, dando lugar al llamado hidrógeno azul. El hidrógeno también puede fabricarse a partir de la electrólisis, que aplica una corriente eléctrica a las moléculas de agua, dividiéndolas en oxígeno e hidrógeno con cero emisiones de carbono. La mayor parte de la electrólisis se alimenta de la red eléctrica existente, pero si se utilizan fuentes renovables como la eólica o la solar, el hidrógeno “verde” resultante puede proporcionar lo mismo.
El hidrógeno es un combustible extremadamente versátil que ofrece una vía de crecimiento económico sostenible a largo plazo. Puede añadir valor a múltiples sectores de la economía mundial al servir como combustible sostenible para el transporte y la fabricación, y como insumo para la producción de electricidad y calor para los hogares. Los expertos del sector proyectan que para 2050 podría existir un mercado mundial de tecnologías del hidrógeno de $2,5 billones, con 3,4 millones de puestos de trabajo sólo en Estados Unidos. Además, el hidrógeno renovable podría reducir las emisiones mundiales de CO2 en un 25 % si se produce a gran escala.
Pero para lograr la plena comercialización, hay que afrontar los principales desafíos relacionados con el costo, la durabilidad, la confiabilidad, el desempeño y la falta de infraestructura. Las nuevas tecnologías, como los electrolizadores con mayor capacidad de producción, deben seguir desarrollándose y expandirse a mercados más amplios para que el hidrógeno compita con los combustibles fósiles o la energía eólica, solar y nuclear en términos de costo del ciclo de vida, desempeño, durabilidad, tasas de aprendizaje e impacto ambiental. También hay que abordar los obstáculos no técnicos, como el desarrollo de códigos y normas, el establecimiento de prácticas recomendadas de seguridad y el desarrollo de una cadena de suministro y una fuerza de trabajo sólidas.